Miles de kilómetros por las carreteras más septentrionales y heladas del invierno en un viejo Moskvich soviético. Los viajeros Alexéi Zhirujin, Alexánder Elikov, Dmitri Gostínshchikov y Natalia Shipovskaia decidieron demostrar que para ir al Ártico y al Lejano Norte no hacen falta millones de rublos ni vehículos todoterreno de última generación. Para ello se subieron en un Moskvich verde, que compraron por unos 800 dólares.

Partieron el 3 de diciembre de Moscú. Primero viajaron a Arcángel, y desde allí tomaron las carreteras del norte a través de los Urales y Siberia hasta el Lejano Oriente. La más difícil fue la carretera invernal Ust-Kut (región de Irkutsk) - Mirni (Yakutia).

"Durante 1.100 km no había gasolineras, sólo algunos cafés de temporad). Los bidones de gasolina estaban incluso a nuestros pies", dijo Alexéi Zhirukhin. Y después, otros mil kilómetros hasta el pueblo polar de Yuriung-Jaya (72°48′).

Todo el viaje duró aproximadamente mes y medio. Regresaron a casa en avión, dejando el Moskvich en Mirni. Planean volver en verano y conocer la belleza de Yakutia.

Estas son ya sus terceras vacaciones en el Ártico en un año. El verano y el invierno pasados, el Moskvich Polar viajó a Yamal.

📸 Alexéi Zhirujin

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